Hoy publico una entrada light, porque la verdad, apenas recuerdo casi nada de lo que me habría gustado publicar, que no era, ni más ni menos que un sueño que he tenido hoy, en el cual con elementos muy sencillos y dispares había una historia preciosa (y me habría gustado poder compartirla con vosotros, pero lo dicho, apenas recuerdo unos pedacitos sueltos), así que simplemente os comentaré como empezaba y cómo terminaba, y dejo a vuestro juicio todo lo demás :)
El sueño comienza con una manada de elefantes caminando por la estepa, en la cual no se puede observar ni un solo arbol, sino al final de camino, y allí es donde se dirigen, con la intención de ponerse la sbotas de forraje.
Confrme se van acercando, se empieza a vislumbrar una casita de madera, situada entre los árboles; y, al mismo tiempo, el habitante de la casa distingue a los paquidermos en el horizonte, y al momento se decide a talar los árboles que rodean su casa simplemente para intentar que no lleguen hacia él, pues durante años ha estado huyendo de estos elefantes, que, como él, perseguían las pocas zonas que quedaban protegidas con arbolillos y que, al llegar a donde él vivía, siempre abandonaba su hogar, tras ver como en la primera ocasión habían arrasado con todo a su alcance, destrozando incluso su casa en busca de comida. Sin embargo, los elefantes llegan antes de que él termine, y de nuevo le alcanzan, pero en lugar de correr a comerse el forraje o buscar dentro de la casa, uno de los animales llama al hombre y le pide que salga para hablar. Él, con mucha reticencia, termina accediendo, y escucha anonadado como el animal le pide perdón por haber destrozado su casa, y le comenta que llevan años intentando alcanzarle para pedirle disculpas.
A partir de ahí todo comenzaba a volverse bastante imprevisible, y el hombre viajaba con el elefante y salían de aquella estepa alejada de la mano de Dios.
Al final del sueño, el hombre (desconozco si es el mismo hombre, el hijo, o qué,pero podía volar S:) y el elefante terminan corriendo por las calles de una ciudad al estilo mozárabe o algo así, edificios bajos y de techo plano, paredes de tono tostado, calles anchas mientras se ponía el sol, y con ellos corría una mujer, con la cual terminaba casándose el hombre, y a ambos se les veía muy felices, y recuerdo que la parte previa al "casamiento" (no diré boda porque se casaban sobre la marcha en lo alto de una pequeña torrecilla de la ciudad) era preioso, y que me levanté emocionado.
Como colofón final, puedo decir que él le decía a ella que el elefante era uno de los seres má sinteligentes, sino el que más, que había conocido en su vida. Y le pedía por favor que fuese él quien los conviertiese en marido y mujer.
Buenos días a todos :')
martes, 23 de octubre de 2012
domingo, 21 de octubre de 2012
Un poco más sobre mi forma de ver la vida
Puedo decir que, a día de hoy, he cambiado mucho, muchísimo, en un tiempo relativamente corto y que, aun así, mantengo unas bases que llevan presentes durante todo este tiempo. Unas bases que son, en gran medida, personas.
Podría empezar diciendo que determinadas personas reflejan algún tipo de ideal, que reflejan, aunque solo pudiera sera en unn aspecto determinad, un ideal a seguir, un ejemplo del que estar orgulloso, y desde luego un orgullo al contar entre tus amigos a esas personas. Aunque solo fuese por un determinado aspecto. Y sin embargo, encuentro que las personas, por lo general, cuando resulta que merecen la pena en un aspecto, si aprendes algo más sobre ellas, suelen merecer la pena en muchos aspectos.
No voy a engañarme, no voy a decir que estoy rodeado de personas increibles (aunque s que lo estoy, a pesar de que muchas veces no sepa apreciarlo como debería; al fin y al cabo soy tan imperfecto como el que más), pero si que reconozco que algunas personas han reflejado una imagen importante en mi desarrollo, y se que aún quedan algunas otras por descubrir; se que el mundo está repleto de personas increíbles, aunque sean menos que el resto de las personas.
Podría, por ejemplo, citar un gran amigo mio, una persona que ha demostrado tener una mentalidad increíble, no solo en cuanto a la capacidad para desentramar cosas complejas, sino en cuanto a, por ejemplo, eso en lo que yo fallo una y otra vez; mostrar una auténtica humildad, preocuparse sobremanera por un montón de personas que a primera vista podría parecer que no nos afectan ni nos influyen, o que incluso no nos aportan nada positivo. Y sin embargo ahí está, una y otra vez, poniéndose al pie del cañón y mostrando su Fe en la humanidad, incluso cuando no la tiene. Porque alguien tiene que hacerlo, tiene que existir gente así, supongo que son los qe nos equilibran a los demás; a los que somos o nos hemos convertido en oportunistas, carroñeros o cínicos despreocupados. Aunque no ganen nada con ello, lo hacen, una y otra vez, incluso cuando saben que no tienen posibilidades de triunfar. Los admiro, porque, muchas veces, incluso sin posibilidades, lo consiguen; ellos trinfan una y otra vez. De esta persona, podría decir que he aprendido el respeto por todo y por todos, incluso cuando pienso que algo no lo merece ni remotamente; he aprendido a dar oportunidades, a apreciar lo que no parece relevante y, en general, un poquito, una parte minúscula de la filantropía que muestran.
Podría decir que, casi simultáneamente, conocí a otra persona increíblemente interesante. Lo que se podría decir una mente privilegiada, una persona respetuosa (e incluso que venera) antiguas costumbres y antiguos conocimientos, a pesar de saberlos obsoletos, por el simple amor al conocimiento. Puede sonar asquerosamente sencillo, pero, de esta persona, podría decir que he aprendido a focalizar una curiosidad que siempre me ha caracterizado, una curiosidad rallana a lo enfermizo. Puedo decir que he aprendido a mostrar interés por lo que no conozco, y, sobre todo, que he aprendido a aprender de los demás, a reconocer que siempre se puede aprender de otros, incluso de las personas de las que asegurarías no poder aprender nada. He aprendido también que a veces pecamos de orgullo y nos cegamos, y he aprendido que siempre se puede continuar creciend, que incluso los que más se han cegado por orgullo pueden continuar sorprendiéndonos y creciendo, y mostrándonos nuevas posibilidades, nuevas iniciativas que habríamos sido incapaces de preveer, y, en general, renovando un mismo principio: Un amor al conocimiento, al ejercicio de la mente y, en general, a lo que se podría decir que es un intento del ejercicio de la verdad.
Más personas, aunque siempre me quejo de la gente que me rodea, muchas veces soy consciente (quizá menos de las que debería) de que en ese colectivo se incluyen muchas personas ciertamente sorprendentes.
Podría decir que estoy orgulloso de, tras haber sido siempre, un tirillas, estar más o menso en forma, pero mentiría; en parte porque lo he hecho por necesidad y en parte porque no le veo el mérito a eso.
Podría decir que estoy orgulloso de, tras haberme descubierto a mí mismo como un gran ignorante, encontrar que muchas personas me consideran, como quien dice, "un cerebrito"; pero mentiría, porque, por un lado ni lo considero relevante, ni lo considero cierto a un nivel objetivo (a pesar de todo, sigo siendo un gran inculto en cuanto a la "cultura general", a la que denominaría más incultura general, y desde luego en muchísimas otras cosas).
Podría decir muchas más cosas así, pero lo cierto es que de lo que más orgulloso me siento (quizá de lo único que realmente me puedo sentir orgulloso) es de saber que hay muchas personas a las que quiero, que se que me quieren. De saber que hay muchas personas que han llegado a decirme que soy para ellos como un hermano, y de saber que hay muchas personas que realmente confían en mí. Podría decir que adoro abrazar a la gente, incluso cuando un abrazo solo dice "Realmente te aprecio, y lo demuestro con este gesto"; pero lo cierto es que adoro incluso más abrazar a las personas cuando el abrazo dice "Creo que, al cabo, puedo casi entenderte, y pienso que tu casi puedes entenderme, y aprecio que cuentes conmigo, y saber que puedo contar contigo, y que ambos sepamos que nos queremos".
Hay algunas personas a las que se lo ves en la mirada. Podría decir que, especialmente, conozco a una persona con la cabeza muy bien amueblada, quien, en cierto modo, se me ha destacado como un ejemplo de equilibrio, mostrando un interés intenso y generalizado por todo aquello que parecía merecerlo, y al tiempo ha mostrado una capacidad empática y justa, con un grado alto de objetividad que dota su opinión, para mí, de un gran valor.
También he conocido personas diferentes, que se me han mostrado, por ejemplo, como una "Luz al final del tunel", en momentos de necesidad, pero que, de antemano, he sabido que eran pasajeras. Aunque es triste perder a estas personas, en cierto modo es una realidad que siempre ha estado implícita. Personas que se han mostrado como un "halo de bondad", subjetivo, deseando siempre el bien del prójimo, suaves y sencillas. Sabes que, en un caso en el que te ves obligado a escoger el mal menor frente al mal mayor fallarán. Sabes que no hay forma de continuar el camino juntos, y sin embargo, puedes apreciarlas, mientras lo compartís, como si eso no fuese un problema.
Y por supuesto, he conocido muchas personas a las que he querido, y a las que, de hecho, quiero. Personas para las que, en muchos casos, soy un "bicho raro"; o para las que soy un "tipo majo al que ver de vez en cuando", o sin más, yo y listo, sin demasiada información y mejor así. He conocido a muchas personas que no me han cautivado, o que a primera vista he podido pensar que no me aportarían nada como persona, que no me enriquecería con ellas o de las que no podría obtener sino disgustos.
Y sin embargo, hoy admito que puedo (y debo) aprender de prácticamente todos. Y disfrutar el proceso.
En términos sencillos, muchas veces me he definido como una persona que "ha aprendido a ser feliz", y sin embargo, muchos días me encuentro conque me aburro con todo (absolutamente todo); que no encuentro ninguna motivación en nada, y que me basta cruzar 5 minutos de conversación con casi cualquier persona para sentirme decepcionado; que ha aprendido a encontrar música para pensar y música para quedarse "vacío", y que casi tod el tiempo opta por la segunda opción. Me encuentro muchas, muchas veces, con una persona que muestra abiertamente un desprecio indiferenciado por casi todo lo que le rodea, utilizando como premisa "La degeneración de la sociedad, que desemboca en una degeneración del indivíduo y todo cuanto es producto del mismo", y lo que se podría abreviar como, en general, harto de todo, asqueado y desengañado. Y sin embargo me defino como una persona más o menos feliz.
Por supuesto, lo hago porque, a pesar de todo, se que aún puedo ( y debo) seguir mejorando, creciendo como persona y aprendiendo de todos cuantos me rodean; especialmente de aquellos cuyo aprecio me procesan, pues al fin y al cabo es de lo que me puedo sentir orgulloso.
¿Qu he aprendido a ser feliz? Si. ¿Que puedo mejorar? Por supuesto;siempre se puede mejorar; todos podemos.
En una ocasión dije que la imperfección era la clave de la existencia; porque si no existies ey todo estuviese hecho, no habría nada que solucionar, ningún objetivo, nada que hacer.
"Si vas a ser como se supone que se espera que seas; ¿Dónde están la sorpresa y emoción, la ilusión de la vida?"
Podría empezar diciendo que determinadas personas reflejan algún tipo de ideal, que reflejan, aunque solo pudiera sera en unn aspecto determinad, un ideal a seguir, un ejemplo del que estar orgulloso, y desde luego un orgullo al contar entre tus amigos a esas personas. Aunque solo fuese por un determinado aspecto. Y sin embargo, encuentro que las personas, por lo general, cuando resulta que merecen la pena en un aspecto, si aprendes algo más sobre ellas, suelen merecer la pena en muchos aspectos.
No voy a engañarme, no voy a decir que estoy rodeado de personas increibles (aunque s que lo estoy, a pesar de que muchas veces no sepa apreciarlo como debería; al fin y al cabo soy tan imperfecto como el que más), pero si que reconozco que algunas personas han reflejado una imagen importante en mi desarrollo, y se que aún quedan algunas otras por descubrir; se que el mundo está repleto de personas increíbles, aunque sean menos que el resto de las personas.
Podría, por ejemplo, citar un gran amigo mio, una persona que ha demostrado tener una mentalidad increíble, no solo en cuanto a la capacidad para desentramar cosas complejas, sino en cuanto a, por ejemplo, eso en lo que yo fallo una y otra vez; mostrar una auténtica humildad, preocuparse sobremanera por un montón de personas que a primera vista podría parecer que no nos afectan ni nos influyen, o que incluso no nos aportan nada positivo. Y sin embargo ahí está, una y otra vez, poniéndose al pie del cañón y mostrando su Fe en la humanidad, incluso cuando no la tiene. Porque alguien tiene que hacerlo, tiene que existir gente así, supongo que son los qe nos equilibran a los demás; a los que somos o nos hemos convertido en oportunistas, carroñeros o cínicos despreocupados. Aunque no ganen nada con ello, lo hacen, una y otra vez, incluso cuando saben que no tienen posibilidades de triunfar. Los admiro, porque, muchas veces, incluso sin posibilidades, lo consiguen; ellos trinfan una y otra vez. De esta persona, podría decir que he aprendido el respeto por todo y por todos, incluso cuando pienso que algo no lo merece ni remotamente; he aprendido a dar oportunidades, a apreciar lo que no parece relevante y, en general, un poquito, una parte minúscula de la filantropía que muestran.
Podría decir que, casi simultáneamente, conocí a otra persona increíblemente interesante. Lo que se podría decir una mente privilegiada, una persona respetuosa (e incluso que venera) antiguas costumbres y antiguos conocimientos, a pesar de saberlos obsoletos, por el simple amor al conocimiento. Puede sonar asquerosamente sencillo, pero, de esta persona, podría decir que he aprendido a focalizar una curiosidad que siempre me ha caracterizado, una curiosidad rallana a lo enfermizo. Puedo decir que he aprendido a mostrar interés por lo que no conozco, y, sobre todo, que he aprendido a aprender de los demás, a reconocer que siempre se puede aprender de otros, incluso de las personas de las que asegurarías no poder aprender nada. He aprendido también que a veces pecamos de orgullo y nos cegamos, y he aprendido que siempre se puede continuar creciend, que incluso los que más se han cegado por orgullo pueden continuar sorprendiéndonos y creciendo, y mostrándonos nuevas posibilidades, nuevas iniciativas que habríamos sido incapaces de preveer, y, en general, renovando un mismo principio: Un amor al conocimiento, al ejercicio de la mente y, en general, a lo que se podría decir que es un intento del ejercicio de la verdad.
Más personas, aunque siempre me quejo de la gente que me rodea, muchas veces soy consciente (quizá menos de las que debería) de que en ese colectivo se incluyen muchas personas ciertamente sorprendentes.
Podría decir que estoy orgulloso de, tras haber sido siempre, un tirillas, estar más o menso en forma, pero mentiría; en parte porque lo he hecho por necesidad y en parte porque no le veo el mérito a eso.
Podría decir que estoy orgulloso de, tras haberme descubierto a mí mismo como un gran ignorante, encontrar que muchas personas me consideran, como quien dice, "un cerebrito"; pero mentiría, porque, por un lado ni lo considero relevante, ni lo considero cierto a un nivel objetivo (a pesar de todo, sigo siendo un gran inculto en cuanto a la "cultura general", a la que denominaría más incultura general, y desde luego en muchísimas otras cosas).
Podría decir muchas más cosas así, pero lo cierto es que de lo que más orgulloso me siento (quizá de lo único que realmente me puedo sentir orgulloso) es de saber que hay muchas personas a las que quiero, que se que me quieren. De saber que hay muchas personas que han llegado a decirme que soy para ellos como un hermano, y de saber que hay muchas personas que realmente confían en mí. Podría decir que adoro abrazar a la gente, incluso cuando un abrazo solo dice "Realmente te aprecio, y lo demuestro con este gesto"; pero lo cierto es que adoro incluso más abrazar a las personas cuando el abrazo dice "Creo que, al cabo, puedo casi entenderte, y pienso que tu casi puedes entenderme, y aprecio que cuentes conmigo, y saber que puedo contar contigo, y que ambos sepamos que nos queremos".
Hay algunas personas a las que se lo ves en la mirada. Podría decir que, especialmente, conozco a una persona con la cabeza muy bien amueblada, quien, en cierto modo, se me ha destacado como un ejemplo de equilibrio, mostrando un interés intenso y generalizado por todo aquello que parecía merecerlo, y al tiempo ha mostrado una capacidad empática y justa, con un grado alto de objetividad que dota su opinión, para mí, de un gran valor.
También he conocido personas diferentes, que se me han mostrado, por ejemplo, como una "Luz al final del tunel", en momentos de necesidad, pero que, de antemano, he sabido que eran pasajeras. Aunque es triste perder a estas personas, en cierto modo es una realidad que siempre ha estado implícita. Personas que se han mostrado como un "halo de bondad", subjetivo, deseando siempre el bien del prójimo, suaves y sencillas. Sabes que, en un caso en el que te ves obligado a escoger el mal menor frente al mal mayor fallarán. Sabes que no hay forma de continuar el camino juntos, y sin embargo, puedes apreciarlas, mientras lo compartís, como si eso no fuese un problema.
Y por supuesto, he conocido muchas personas a las que he querido, y a las que, de hecho, quiero. Personas para las que, en muchos casos, soy un "bicho raro"; o para las que soy un "tipo majo al que ver de vez en cuando", o sin más, yo y listo, sin demasiada información y mejor así. He conocido a muchas personas que no me han cautivado, o que a primera vista he podido pensar que no me aportarían nada como persona, que no me enriquecería con ellas o de las que no podría obtener sino disgustos.
Y sin embargo, hoy admito que puedo (y debo) aprender de prácticamente todos. Y disfrutar el proceso.
En términos sencillos, muchas veces me he definido como una persona que "ha aprendido a ser feliz", y sin embargo, muchos días me encuentro conque me aburro con todo (absolutamente todo); que no encuentro ninguna motivación en nada, y que me basta cruzar 5 minutos de conversación con casi cualquier persona para sentirme decepcionado; que ha aprendido a encontrar música para pensar y música para quedarse "vacío", y que casi tod el tiempo opta por la segunda opción. Me encuentro muchas, muchas veces, con una persona que muestra abiertamente un desprecio indiferenciado por casi todo lo que le rodea, utilizando como premisa "La degeneración de la sociedad, que desemboca en una degeneración del indivíduo y todo cuanto es producto del mismo", y lo que se podría abreviar como, en general, harto de todo, asqueado y desengañado. Y sin embargo me defino como una persona más o menos feliz.
Por supuesto, lo hago porque, a pesar de todo, se que aún puedo ( y debo) seguir mejorando, creciendo como persona y aprendiendo de todos cuantos me rodean; especialmente de aquellos cuyo aprecio me procesan, pues al fin y al cabo es de lo que me puedo sentir orgulloso.
¿Qu he aprendido a ser feliz? Si. ¿Que puedo mejorar? Por supuesto;siempre se puede mejorar; todos podemos.
En una ocasión dije que la imperfección era la clave de la existencia; porque si no existies ey todo estuviese hecho, no habría nada que solucionar, ningún objetivo, nada que hacer.
"Si vas a ser como se supone que se espera que seas; ¿Dónde están la sorpresa y emoción, la ilusión de la vida?"
Carlos garrido
martes, 16 de octubre de 2012
Curiosidades estúpidas: Ecuador, velocidad lineal y paradoja de los gemelos
Buenos días! Seré breve porque ya me han dicho que me fuese a tomar por culo por hoy y no debería estar haciendo ruido al PC, así que primero citaré mi referencia y luego pasaré a la conclusion curiositonta:
Paradoja de los gemelos; que indica que, según el modelo clásico de la relatividad, si no estoy metiendo la pata, el tiempo transcurre de forma más lenta en los cuerpos que están sometidos a algún tipo de velocidad (tanto mayor es la velocidad, más despacio transcurrirá el tiempo (teneis la teoría explicada en el link de la Wikipedia, y en el apartado "Evidencia Experimental" un ejemplo de que se comprobó.
Es decir (por si no os queréis leer la wikipedia), si estamos yo y otro yo, y el otro yo se va al espacio y está en órbita (moviéndose, por tanto más rápido que yo (Velocidad Linleal), al estar sometido a un radio mayor de giro respecto al centro de la Tierra, y después de 5 años vuelve, para él aún no habrán pasado exactamente los 5 años, sino un poco menos.
Bien, eso lo tenemos por un lado. Por otro, tenemos que la Tierra no es exactamente redonda, sino ligeramente ovalada, siendo más ancha por el ecuador que por los polos.
Ahora, imaginaos que en vez de la Tierra tenemos un eje (un eje que coincida con el de la Tierra) y que tenemos unas cuantas ruedas girando en torno a este eje, de forma que la de arriba y la de abajo del todo son las más pequeñas, y la del medio la más grande, de forma que el tamaño de las ruedas va en escala, desde los laterales del eje hasta el centro (Más o menos, emulando la forma de la Tierra y exagerando un poco lo de ser ovalada).
Ahora, hacemos girar el eje. Lo primero que veremos es que, si observamos a la superficie de cada rueda gira a una velocidad diferente de la de al lado.
Las ruedas con el mismo radio (la de arriba y la de abajo) girarán a la misma velocidad. Las que tienen a sus lados, (o sea, la segunda por abajo y la segunda por arriba), girarán a la misma velocidad, y así.
Esto que estamos observando es la velocidad lineal; es decir, la velocidad a la que gira la superficie; sin embargo, todas estas ruedas girarán a una misma velocidad angular, que sería la velocidad de giro a la que les está sometiendo su eje (el mismo eje en todos los casosm recordamos). Observamos, además, que la rueda cuya superficie gira más rápido es la central (la más grande); luego las que están a sus lados, y luego las que están a los lados de estas, siendo las más lentas las de los extremos.
Teniendo estas dos cosas claras, podemos deducir que los habitantes del ecuador en la tierra están sometidos a una velocidad lineal mayor que los que se hayan en los trópicos, y que estos se mueven algo más rápido que los habitantes cercanos a los polos, y que los habitantes de los polos son los que están sometidos a una menor velocidad lineal.
Ahora, recordamos las consecuencias de la teoría de Einstein, y deducimos sin mucha complicación que los habitantes del ecuados estarán sometidos a una percepción menos intensa del paso del tiempo de la que lo estarán los de los polos...
Lo que se podría traducir en una esperanza de vida mayor, cuanto más cercano al ecuador vivas. TACHÁN! Probablemente, la diferencia de velocidad entre los polos y el ecuador es en la práctica insignificante, y más aún su consecuencia directa sobre la percepción del tiempo, que creo que se acentuaba más cuanto más nos acercábamos a velocidades hiperrelativistas.
Así que, aunque sea un dato insignificante en nuestro caso, no deja de ser llamativo, ya que si, por ejemplo, en vez de referirse a seres humanos nos refiriésemos a algún tipo de ser extraordinariamente longevo (algún tipo de árbol, o incluso alguna especie extraterrestre, imaginadla como querais, que viviese cientos de años, o incluso miles), y/o en lugar de ser en un planeta mediano como el nuestro, fuese un planeta de condiciones gigantescas, entonces la diferencia entre vivir en el ecuador o vivir en los polos, realmente si podría marcar una diferencia importante, no en la esperanza de vida (ya que en ambos casos, el sujeto en cuestión viviría el mismo numero de años, medido según él mismo), sino en el tiempo de existencia, medido desde un observador externo.
Por ejemplo, el ser A del trópico vería que mientras que él vive 85 años, el sujeto B (igual que él en todos los sentidos) del polo, vive (por ejemplo) 97 años.
Sin embargo, si el que mide es el sujeto B; vería que él mismo vive 85 años, mientras que el sujeto A, en el ecuador, ha vivido 73 años.
Los dos han medido que ellos mismos han vivido 85 años, pero la marca del otro habrá cambiado en ambos casos.
No deja de parecerme curioso, y bueno, aunque es improductivo, a veces está bien airear estas tonterías para menear un poco la cabeza.
Espero que no os haya aburrido demasiado, o que incluso os haya parecido inreresante.
Un saludo : )
Paradoja de los gemelos; que indica que, según el modelo clásico de la relatividad, si no estoy metiendo la pata, el tiempo transcurre de forma más lenta en los cuerpos que están sometidos a algún tipo de velocidad (tanto mayor es la velocidad, más despacio transcurrirá el tiempo (teneis la teoría explicada en el link de la Wikipedia, y en el apartado "Evidencia Experimental" un ejemplo de que se comprobó.
Es decir (por si no os queréis leer la wikipedia), si estamos yo y otro yo, y el otro yo se va al espacio y está en órbita (moviéndose, por tanto más rápido que yo (Velocidad Linleal), al estar sometido a un radio mayor de giro respecto al centro de la Tierra, y después de 5 años vuelve, para él aún no habrán pasado exactamente los 5 años, sino un poco menos.
Bien, eso lo tenemos por un lado. Por otro, tenemos que la Tierra no es exactamente redonda, sino ligeramente ovalada, siendo más ancha por el ecuador que por los polos.
Ahora, imaginaos que en vez de la Tierra tenemos un eje (un eje que coincida con el de la Tierra) y que tenemos unas cuantas ruedas girando en torno a este eje, de forma que la de arriba y la de abajo del todo son las más pequeñas, y la del medio la más grande, de forma que el tamaño de las ruedas va en escala, desde los laterales del eje hasta el centro (Más o menos, emulando la forma de la Tierra y exagerando un poco lo de ser ovalada).
Ahora, hacemos girar el eje. Lo primero que veremos es que, si observamos a la superficie de cada rueda gira a una velocidad diferente de la de al lado.
Las ruedas con el mismo radio (la de arriba y la de abajo) girarán a la misma velocidad. Las que tienen a sus lados, (o sea, la segunda por abajo y la segunda por arriba), girarán a la misma velocidad, y así.
Esto que estamos observando es la velocidad lineal; es decir, la velocidad a la que gira la superficie; sin embargo, todas estas ruedas girarán a una misma velocidad angular, que sería la velocidad de giro a la que les está sometiendo su eje (el mismo eje en todos los casosm recordamos). Observamos, además, que la rueda cuya superficie gira más rápido es la central (la más grande); luego las que están a sus lados, y luego las que están a los lados de estas, siendo las más lentas las de los extremos.
Teniendo estas dos cosas claras, podemos deducir que los habitantes del ecuador en la tierra están sometidos a una velocidad lineal mayor que los que se hayan en los trópicos, y que estos se mueven algo más rápido que los habitantes cercanos a los polos, y que los habitantes de los polos son los que están sometidos a una menor velocidad lineal.
Ahora, recordamos las consecuencias de la teoría de Einstein, y deducimos sin mucha complicación que los habitantes del ecuados estarán sometidos a una percepción menos intensa del paso del tiempo de la que lo estarán los de los polos...
Lo que se podría traducir en una esperanza de vida mayor, cuanto más cercano al ecuador vivas. TACHÁN! Probablemente, la diferencia de velocidad entre los polos y el ecuador es en la práctica insignificante, y más aún su consecuencia directa sobre la percepción del tiempo, que creo que se acentuaba más cuanto más nos acercábamos a velocidades hiperrelativistas.
Así que, aunque sea un dato insignificante en nuestro caso, no deja de ser llamativo, ya que si, por ejemplo, en vez de referirse a seres humanos nos refiriésemos a algún tipo de ser extraordinariamente longevo (algún tipo de árbol, o incluso alguna especie extraterrestre, imaginadla como querais, que viviese cientos de años, o incluso miles), y/o en lugar de ser en un planeta mediano como el nuestro, fuese un planeta de condiciones gigantescas, entonces la diferencia entre vivir en el ecuador o vivir en los polos, realmente si podría marcar una diferencia importante, no en la esperanza de vida (ya que en ambos casos, el sujeto en cuestión viviría el mismo numero de años, medido según él mismo), sino en el tiempo de existencia, medido desde un observador externo.
Por ejemplo, el ser A del trópico vería que mientras que él vive 85 años, el sujeto B (igual que él en todos los sentidos) del polo, vive (por ejemplo) 97 años.
Sin embargo, si el que mide es el sujeto B; vería que él mismo vive 85 años, mientras que el sujeto A, en el ecuador, ha vivido 73 años.
Los dos han medido que ellos mismos han vivido 85 años, pero la marca del otro habrá cambiado en ambos casos.
No deja de parecerme curioso, y bueno, aunque es improductivo, a veces está bien airear estas tonterías para menear un poco la cabeza.
Espero que no os haya aburrido demasiado, o que incluso os haya parecido inreresante.
Un saludo : )
Suscribirse a:
Entradas (Atom)