lunes, 23 de septiembre de 2013

Deshumanización científica del ser humano y otros seres (y otras nociones simplificadas de mal manera [II]).

Hoy va entrada "breve", para complementar un poco lo escrito en la anterior pero con idea de introducir al menos otra más, relacionada.

En dicha entrada, comentaba de pasada que la vida es el resultado de muchas (muchísimas) condiciones que se dan y se mantienen. En otra entrada más antigua comentaba el origen de la vida,en el sentido de la formación de materia orgánica a partir de sucesos no orgánicos, y ahora tendría que comentar lo que sería el proceso básico de la vida ya formada, desde diferentes aspectos simplificados a su vez.

Por partes: los seres vivos somos inmensos imanes. Separar la física de la química tiene poco sentido a nivel atómico o molecular, ya que la interacción de los átomos se considera física, pero las acciones y reacciones de flujos de átomos o moléculas cargados eléctricamente se estudia dentro de la química. En cualquier caso, nos centraremos en esto: los átomos, tal y como se estudian, no se suelen dar en el cuerpo e los seres vivos. Por ejemplo no encontramos átomos de hierro (Fe), sino hierro ionizado (cargado eléctricamente) (Fe2+ o Fe3+, por ejemplo). O dicho de otra forma, cualquier ser vivo está compuesto enteramente de moléculas cargadas eléctricamente. Dichas cargas fluctúan activando o desactivando diferentes partes del organismo y haciendo posible la vida. Entendido esto, podemos entender el ser humano (o cualquier otro ser vivo) como un montón de materia ordenada y cargada eléctricamente, o como un gran circuito. Si cogiésemos un ser vivo y le diésemos con un hipotético imán que desordenase o destruyese dichas cargas, la muerte sería instantánea, tendríamos un cuerpo sin ningún daño físico, pero muerto de todas formas. Ententemos pues que un adecuado "equilibrio"  es un requisito permanente para la vida.

De igual forma, podríamos mencionar otros como el PH (que es el equilibrio entre moléculas ácidas y básicas, que son las opuestas, dentro del organismo), u otros semejantes. Un organismo cuyo PH se altera por encima de unos niveles estándar, entra en muerte programada, ya que la zona o zonas afectadas no pueden funcionar y automáticamente comienzan a morir.

Temperatura, presión y otros componentes funcionan de manera semejante, en cuanto a que un organismo funciona dentro de unos márgenes fuera de los cuales no puede vivir (cada uno los suyos, lógicamente).

Ahora bien, teniendo claro este concepto de vida, procedemos a la "deshumanización" del ser humano, que de nuevo funciona igual o parecido en los demás seres vivos. Los seres humanos tenemos en nuestro cuerpo una serie de dispositivos que nos permiten captar estímulos (luz, sonido, temperatura, tacto etc), y otros que nos permiten interpretarlos, lo que a su vez activa respuestas en el sistema nervioso.

Al hablar de sistema nervioso, automáticamente pensamos en la "red eléctrica" del cuerpo, lo que por un lado es cierto, pero incluso dicha red se regula de forma química, y aquí es donde llegamos al asunto central del tema: hormonas.

Al pensar en hormonas, automáticamente pensamos en hormonas de crecimiento o sexuales, ya que son a las que más bombo y platillos se le suele dar. No obstante, todos los sistemas de acción-reacción se regulan por hormonas mediante el funcionamiento conjunto del hipotálamo-hipófisis-X, donde X es el lugar en cada caso. De esta forma, instintos que damos por evidentemente asociados a los seres vivos (necesidad de sobrevivir, de alimentarse o de reproducirse) no son más que el resultado de secreciones químicas organizadas por estas glándulas. Citaré como ejemplo un desagradable experimento que ví en clase el año pasado, en el que se abría el cráneo de un gato vivo, se le introducía una cánula en el cerebro y se dañaban diferentes partes, viendo los resultados: si se quemaba la parte encargada de recibir la sensación de "lleno", el gato se alimentaba sin parar hasta que se le retiraba el alimento o moría. De la misma forma, si se le quemaba la parte encargada de la sensación de hambre, no se alimentaba a menos que lo forzasen a ello, hasta que moría, pese a que a todos nos resulta "evidente" que un ser vivo come si tiene hambre.

De esta forma encontramos que las conductas "humanas" (y las de los demás seres vivos) están mediadas por estos mensajeros químicos, cuya alteración (defecto u exceso) puede causar cambios significativos, cuando no cruciales de la conducta, con lo que al final llegamos a la deshumanización ntes cifrada al encontrar que el "funcionamiento normal" de un humano depende en última instancia del correcto funcionamiento hormonal del mismo, con lo que al añadir "la hormona de" (pese a qu eel funcionamiento es evidente mucho más complejo que una hormona para cada sensación, vamos a exlpicarlo así para simplificar, y sobre todo para asegurarme de que no me cuelo y os cuento mentiras sin querer). Por ejemplo, para ir a temas "grandes", hablemos de una hipotética "hormona del amor". Si por alguna razón, nuestro cuerpo segregase un exceso de la misma, podríamos sentirnos enamorados de personas por las que en condiciones normales no sentiríamos nada, y al reves, un defecto causaría que no pudiésemos sentirnos "enamorados" de absolutamente nadie, aunque fuese alguien a quien pudiésemos considerar objetivamente perfectos y nos hiciese felices.

Ahora extrapolad esto a cualquier conducta de cualquier ser vivo, y pensad si rompe o no la "magia" de la perfección del ser humano que tanto se ha promulgado a voz en grito durante tantos años, al depender de esta manera d unas secreciones que se pueden añadir o modificar desde el exterior alterando la conducta (y con ello la forma de ser, completamente) de cualquier ser vivo.

Y si, cuando digo cualquier ser vivo... las plantas no funcionan como los animales, pero también utilizan hormonas. Por eso en los fruteros ponemos la fruta verde cerca de la fruta madura.

Gracias por leer, y un saludo.

Carlos Garrido

lunes, 16 de septiembre de 2013

La vida sin ADN y otras nociones simplificadas de mal manera (I)

Buenos días, hoy voy a responder a una pregunta muy interesante que me formuló un amigo mío hace unos días: ¿Te cómo sería nuestra vida sin que fuésemos esclavos del ADN?

Dicha pregunta venía a raid del "condicionamiento" que presentamos los eres vivos, y que sale a relucir sobre todo en las comunidades animales, en las que por usar el mismo ejemplo que él me citó, un animal de una manada no quiere morir, pero se sacrifica separándose del grupo para que su familia pueda huir (o algo así).

A raiz de dicho comentario entramos en los matices de que en los humanos, hasta donde yo se, no se dan casos tan acentuados (salvando malformaciones o defectos genéticos, o sea, en casos más o menos normales), si bien si que nuestro ADN hará que seamos más o menos propensos a un montón de variables, por no decir todo (más allá de lo que se nos ocurriría imaginar) lo que pueda afectarnos cada día de vida.


Para entender el concepto de vida como tal, es necesario tener unos conocimientos de química y de física más que de biología, al menos a nivel básico, ya que la vida se puede entender de una forma más completa si se piensa en requisitos que deba cumplir para "continuar existiendo" más que para existir como tal; me explico: en el colegio nos dicen que un ser vivo es el que crece, se reproduce y muere, pero eso es algo relativo cuando se mira en campos especializados. Como ejemplo suelen usar el fuego, que por supuesto no es un ser, pero lo usan o usaban en el colegio para decirnos que esto no era 100% fiable. Un poco más complejos tenemos los virus. Los virus se reproducen y mueren, pero no se puede hablar de un crecimiento como tal, pese a que tengan su propio material genético, puesto que la "molécula" que conforma el virus no se modifica fisiológicamente, si bien su ARN si puede cambiar.

Este concepto ya nos hace pensar que para que haya algo parecido a la vida, se necesita material genético, pero si no hemos estudiado biología o bioquímica, el material genético nos suena "solo" a eso que nos hace ser como somos, pero sin saber cómo ni por qué, como si fuese algo extremadamente complejo y mágico. Pues bien, la mecánica en sí no es para nada compleja... si bien el proceso si que lo es.

Entramos en la parte química: Las moléculas orgánicas (esto es, que forman los seres vivos) son lípidos (grasas),  glúcidos (azúcares), proteínas y aminoácidos. Las proteínas, a su vez, son formaciones masivas de aminoácidos, y estos son moléculas más o menos sencillas compuestas por un grupo amino y otro ácido, que llevan además una cola de la que cuelga un grupo químico. Dependiendo del grupo que cuelgue de esta cola, se habla de un aminoácido u otro

Pues bien, el ADN de una célula funcional, a parte de "existir", su función principal es algo tan aparentemente sencillo como controlar la síntesis de proteínas. Mientras que los lípidos y los glúcidos tienen sus funciones claramente delimitadas ( energética principalmente, y en el caso de los glúcidos también destinada a formación de estructuras o moléculas ), las proteínas adquieren una variedad de formas y funciones difícil de abarcar, desde la formación de estructuras hasta la regulación del metabolismo, pasando por funciones de autoinmunidad y muchas muchas otras. Por decirlo de una forma muy muy sencilla, las proteínas son el mensaje entendible del código genético, y las encargaas de que más o menos todo funcione.

A la hora de hablar del código genético, podemos ahondar mucho y decir muchas cosas, pero lo primero que se debe tener en cuenta es que, tal y como conocemos la vida en nuestro planeta, todos y cada uno de los seres vivos basan su forma de vida en esto: tener un código genético >> Transcribirlo para formar moléculas (proteínas). Incluso los virus, que no son seres vivos pero se acercan bastante hacen esto mismo.


Culquier discusión más profunda carece de sentido sin tener presente estos conocimientos o bien conocimientos de seres vivos en otros hipotéticos planetas sin ADN, ARN o algún otro componente genético, lo que por otro lado no veo imposible si se encontrase algún método alternativo para formar estructuras vivientes, algo que mientras no alcancemos el conocimiento de un dios, no estará en nuestra mano descartar, por más que sea algo inconcebible para nosotros.





Carlos Garrido