El paso es el de un hombre que pulula como una carcasa vacía, sin rumbo ni sentido. Como un muerto deambulando a la luz anaranjada de la noche, en la urbe.
A su paso, el mirar atrás solo muestra una figura que se burla, la mueca de un crío que enseña la lengua y se ríe, como la muerte misma; y al frente solo una pendiente habitada por las luces moribundas que iluminan con desprecio todo rastro de vida, y una pendiente desolada, en la que las mismas luces se reflejan como una broma cruel.
La fortuna, como un felino liviano, se escabulle al acecho más allá del linde del camino.
En las ventanas se pueden ver o imaginar los lejanos objetivos, fuera del alcance de la mano; demasiado altos y distantes.
El humano, en su carrera, perdió en el lenguaje el don de la palabra, y solo los más guturales sonidos del motor pueblan la urbe.
Y, así, en una huída azarosa de un paraíso devastado culmina al fin en un cálido hogar, que no es sino el comienzo de todo. No es sino nada, al fin y al cabo.
*O*
ResponderEliminar¡¡Pero cómo más-más-másmola este nuestro querido señor Arkiño!!
¿Pero di donde saca vostede la inspiración para escribir estas más-más-másmonadas?
Mi encanta el tiesto siñore. Qué bueno que actualizase, porque es genial (y porque actualiza pouquiño). Ku bien, ku bien ^_^. Tuksita le envía suludos 0w0.
Gracias por tus felicitaciones. Ya no te tienes que preocupar por la publicidad, la he quitado... no m e gustaba que en un blog hubiera publicidad
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