De nuevo. Subiendo la misma pendiente que hace un año,
bajo el mismo cilo nublado y con el mismo bochorno.
Con la misma mochila; menos cargada pero más rota.
Con menos preocupaciones, pero quizá con más problemas.
Como hace un año, seguramente tarde, pero sin prisas.
Como hace un año, esperando que el tiempo
traiga mejores momentos, quizá más sonrisas.
Aunque tampoco me puedo quejar.
Quizá es el avance en todo un año, o quizá antes estaba equivocado, y tampoco tenía motivos.
En cualquier caso es una pequeña evolución, pero pensar que el transcurso del tiempo puede ser tan poco eficiente es frustrante. Sin embargo, siempre nos queda el seguir mirando, el buscar algún cambio, forzar la evolución, no solo dejarse llevar, aunque ello sea inevitable. Pero si se va a hacer, al menos de la mejor manera posible, porque el tiempo puede querer quemaarse, pasar rápido, pero cuando haya pasado probablemente deseemos recuperarlo.
Porque somos así de imperfectos, y cualquier argumento en pos de lo contrario necesita del tiempo para ser confirmado, lo que lo convierte también en imperfecto. Digno de las personas;podemos estar tranquilos.
Carlos Garrido
